Ha sido uno de los encuentros de diálogo
ecuménico más simbólicos de su pontificado. El Papa ha visitado el
exconvento en el que entre 1505 y 1511 vivió Martín Lutero, el fundador
de la Reforma protestante.
Nada más llegar
Benedicto XVI se ha reunido con los principales líderes de la Iglesia
luterana. Les ha dicho que la prioridad del ecumenismo es que la
secularización no provoque que se pierda lo que tienen en común.
Después, ha rezado por la
unidad de los cristianos en una ceremonia en la que la presidenta del
sínodo luterano alemán le ha saludado como “nuestro hermano Benedicto”.
El Papa ha dicho que
todas las personas necesitan a Dios, y que lo mejor que pueden hacer los
cristianos es “mostrar juntos que Jesús es el Dios vivo”.
Benedicto XVI
“En un encuentro ecuménico, no debemos lamentar sólo las divisiones y las separaciones, sino agradecer a Dios todos los elementos de unidad que ha conservado para nosotros”.
Benedicto XVI ha recordado que antes del viaje algunos pidieron que como regalo por esta visita hiciera concesiones que acerquen a luteranos y católicos. Según el Papa se trata de un “malentendido político de la fe y del ecumenismo, que no consiste en valorar ventajas y desventajas para poder alcanzar un compromiso ventajoso para todos”.
Benedicto XVI
“La fe de los cristianos no se basa en una valoración de nuestras ventajas y desventajas. Una fe autoconstruida no tiene valor. La fe no es una cosa que negociamos o acordamos entre nosotros. Es el fundamento sobre el cual vivimos. La unidad no crece mediante la valoración de ventajas y desventajas, sino profundizando cada vez más en la fe mediante el pensamiento y la vida”.
Entre los 300
participantes estaba el presidente alemán Christian Wulff y la canciller
Angela Merkel. Además, cantó un coro formado por niños católicos y
protestantes.
Esta tarde el Papa
viajará a la ex Alemania del Este, donde visitará un santuario católico
símbolo de la resistencia contra el comunismo.
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