El Instituto para las Obras de Religión (IOR), heredero del Banco Ambrosiano de Roberto Calvi y de Paul Marcinkus, vuelve a ser sospechoso de prácticas bancarias dudosas y de reciclar dinero
El caso del alto funcionario del Ministerio de Obras Públicas italiano, Angelo Balducci, que utilizaba el IOR para esconder el dinero recibido ilegalmente, ha desencadenado una doble investigación, por parte de las autoridades vaticanas y por parte de las italianas.
El inconveniente es que los fiscales Nello Rossi y Stefano Rocco Fava no pueden intervenir en el banco vaticano, entidad extranjera a todos los efectos, por lo que no se descarta una rogatoria internacional como con la investigación de los fondos negros de Balducci.
No obstante, la Fiscalía de Roma está investigando las relaciones que existen entre el IOR y diez bancos italianos. Los potentes Unicredit e Intesa San Paolo y pequeñas entidades como la Banca del Fucino, de la familia Torlonia, intercambian cada día centenares de millones de euros con el IOR, que funcionaría como una especie de pantalla para esconder el dinero de clientes residentes fiscales en Italia y por tanto no posibles usuarios del banco vaticano.
Se sospecha que tales personas utilizan nombre falsos para abrir cuentas en una entidad a la que solo puede acceder el personal dependiente de la Santa Sede, las nunciaturas apostólicas y las congregaciones religiosas. La investigación interna abierta por las autoridades vaticanas ya ha permitido descubrir entre los titulares de cuentas a personajes como Giulio Andreotti, mientras que otros aparecen con el nombre de santos y beatos.
CIFRAS MILLONARIAS
Según el diario La Reppublica, desde el año 2004, “cerca de 180 millones de euros circularon en unos dos años”, sin que se haya informado sobre la identidad de los autores de la transacción.
En las operaciones que realiza el IOR con los institutos de crédito italianos no aparece casi nunca la persona física o jurídica mandante. Según la legislación italiana, pueden haberse infringido tres de las obligaciones de los intermediarios financieros: identificación de quien hace una transacción, registro de los datos en un archivo único informatizado y comunicación de operaciones sospechosas.
Fuente: La Voz
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